El Yoga como Sadhana de Transformación
- Natalia Mendez Garzon
- 4 dic 2024
- 2 Min. de lectura

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La sexta carta de Cartas de un Yogui Peregrino resalta el Yoga como una herramienta de transformación integral, una "sadhana" que armoniza el cuerpo, la mente y el espíritu en un proceso consciente y metódico hacia la liberación. Soma nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras acciones diarias, cuando se cultivan con intención y presencia, pueden ser un medio para acelerar nuestro crecimiento interno y nuestra conexión con lo divino.
En el mundo actual, donde la productividad y los resultados inmediatos son a menudo el único objetivo, la idea de practicar con paciencia y dedicación puede parecer anticuada. Sin embargo, Soma nos recuerda que la verdadera transformación no ocurre de manera instantánea, sino a través de la constancia, el amor y la humildad. Este camino no es solo físico, sino profundamente espiritual, uniendo cada acción a un propósito más elevado.
Uno de los puntos destacados de esta carta es el valor de entrenar no solo el cuerpo, sino también el espíritu. Soma señala que el desarrollo físico sin un propósito superior puede llevarnos a una deformación, tanto externa como interna, desviándonos del verdadero objetivo del Yoga: la unión con nuestra esencia. En contraste, una práctica consciente, guiada por el amor desinteresado y la intención, puede ayudarnos a trascender nuestras limitaciones y a manifestar una vida llena de paz, entusiasmo y armonía.
En nuestra era, los desafíos que enfrentamos son numerosos: distracciones constantes, un enfoque en lo material y una desconexión con nuestra interioridad. Sin embargo, el mensaje de esta carta es claro: cualquier práctica, cuando se realiza con atención y devoción, se convierte en un acto de transformación. Ya sea en la esterilla de Yoga o en las acciones diarias, cada momento puede ser una oportunidad para alinearnos con la luz que habita en nuestro corazón.
Soma concluye con un deseo profundamente amoroso: que el amor, la paz y la armonía sean las guías de nuestro camino. Que nuestras palabras, miradas y acciones reflejen la esencia de nuestro ser y sirvan como faros de luz para quienes nos rodean. Este mensaje nos recuerda que la práctica del Yoga no es un fin en sí mismo, sino un medio para manifestar lo mejor de nosotros en servicio al mundo.
Que esta carta inspire a quienes la leen a cultivar su propia sadhana, cualquiera que sea su forma, con constancia, amor y humildad. Porque, como nos enseña Soma, el Yoga es mucho más que una disciplina: es un camino de transformación que, cuando se recorre con el corazón abierto, abre surcos de luz en esta doliente humanidad.
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